Mirando en el tiempo, y echando la cabeza hacia atrás, he recordado un gran concierto; uno de los primeros diría yo.
Despistaos, 11 de marzo de 2005, nada más y nada menos que hace 3 años y medio. Y yo con mis 15 añitos junto con una amiga, nos plantamos en la Rock Star de Bilbao, para ver a un grupo, que en aquel momento, era uno de nuestros favoritos.
Recuerdo, que lo decidimos en el momento, sabíamos que era el concierto, pero supongo que a amatxu no le hacía mucha gracia que su niña de 15 años se quedaría hasta las 12 de la madrugada por la calle, con gente mayor alrededor… jajajaja. Pero una llamada de teléfono a nuestras respectivas madres lo arreglo todo.
Asique ahí estábamos, Fani y yo, delante de la sala, indecisas… ¿vamos? ¡Venga si! ¡Que serán los mejores 12 euros invertidos en nuestra vida! - pensamos. Y en realidad, así lo fueron, no los mejores de nuestra vida, pero sí en aquel momento.
Despistados por aquella época, no eran tan conocidos como lo son ahora. En 2004 lanzaron su segundo disco; para mí, el mejor de todos. Y tuvimos la suerte de poder verlo en directo.
Cuando entramos, y era la primera vez que íbamos a la Rock Star, nos imaginamos miradas centradas en nosotras por la edad… pero en realidad, todos íbamos por un motivo ¿no?, la música no habla de edades, sino de sentimientos… Y ahí estábamos, pocos, pero los suficientes, esperando a que ya salieran.
En el fondo, fue mucho mejor que no hubiera esas marabuntas de gente que suele haber en los macro-conciertos. Era todo mucho más cercano, más “familiar”, por decirlo de algún modo. ¿Y lo mejor de todo? Que si querías le podías tocar, les podías ver en pleno apogeo, llegando al éxtasis en cada canción. Fue impresionante, ver como cinco chavales, con dos discos a su espalda, y cuatro singles, disfrutaban más que todos los que estábamos allí.
Si algo he envidado de los músicos, es que hacen lo que les gusta, lo que ellos adoran… Y lo disfrutan. No puedo llegar a imaginar, todos esos sentimientos que ponen en cada canción, todas las emociones que deben recorrer su cuerpo cuando salen a un escenario… Y miran, y ven a centenares o miles de personas ahí, esperándoles… Esperando a que toquen una nota, a que salga un sonido de su boca… Y lo más fascinante es saber que para muchos de los que están ahí abajo, eso significa mucho más que una simple canción.
Asique, este es el motivo de que me gustaran Despistaos, porque ellos, en aquel concierto, estaban demostrando todo eso.
Y por esto se, que algún día, me gustaría estar ahí arriba.
Tania
lunes, 13 de octubre de 2008
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