Hoy voy a hablar sobre uno de los primeros conciertos a los que fui, Alex Ubago. Creo que tenía unos 15 ó 16 años. Yasmina, Itxaso y yo estábamos enamoradas de sus canciones por aquel entonces. Supongo que lo que nos atraía de él era la temática de sus melodías. Siempre hablaba de historias de amor, amores imposibles o frustrados que a esas edades nos parecían maravillosas. Alex Ubago había saltado a la fama ese mismo año, por lo que tenía muchos seguidores, como anteriormente he dicho, la mayoría de ellos, chicas adolescentes.
La verdad es que hoy en día se le ha perdido un poco la pista. A penas pueden oírse sus canciones en la radio a excepción de un par de temas que todos recordamos: “Sin miedo a nada”, con Amaia Montero ó “¿Qué pides tu?”.
El donostiarra tiene en su poder algunos premios importantes dentro del mundo de la másica. En 2002 ganó el premio Onda al Mejor Artista Nacional. En ese mismo año ganó tres premios Amigo por Mejor Artista Masculino, Mejor Artista Revelación y Mejor Álbum. A parte de esto también cuenta con varios Discos de Oro.
El concierto en cuestión fue en el Pabellón de la Casilla de Bilbao y para cuando llegamos había una cola inmensa esperando la apertura de las puertas del recinto. Cuando las abrieron, la muchedumbre se lanzó (y lo digo literalmente) sobre los empleados que se encargaban de recoger las entradas. Todo el mundo correteaba para buscar un sitio cerca del escenario y poder tocar o que sé yo a Alex Ubago. Nosotras, viendo lo visto, decidimos subir a las gradas y seguir el concierto desde otra perspectiva. Cuando comenzó, la gente empezó a chillar de forma histérica y a continuación canción tras canción no paramos de cantar hasta quedarnos afónicas. Entre el público, sobresalían pancartas que podían leerse desde todos los ángulos del recinto, unas pancartas que contenían frases como: “Alex Ubago, te queremos”, “Alex, eres el mejor”... y un sinfín de “ingeniosas” oraciones. Incluso había gente que se había escrito su nombre por el cuerpo. Si algo me quedó claro es que en aquel momento Alex Ubago levantaba pasiones allá por donde iba.
En otra ocasión, una noche de San Juan, Alex Ubago dio un concierto gratuito en la Playa de Ereaga. Nosotros no dudamos ir, así que cogimos algo de beber y nos sentamos en la playa esperando que empezara el concierto. La verdad es que la estampa era bonita: los amigos, la playa, hogueras en la arena, la noche, la música...
María
lunes, 3 de noviembre de 2008
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